domingo, 23 de diciembre de 2012

CAPITULO 7



Dame un Leonard Cohen después del mundo, así puedo suspirar eternamente





-          ¡LEVANTATE! – Dije mientras le apuntaba con una escopeta- ¡LEVANTATE!

Ella lucia cono un jaguar. Tenía aquellos movimientos muy cautelosos y sin que me diera cuanta, tomo un revolver del cajón de ropa.

-          Ahora estamos iguales
-          Tengo una escopeta
-          Pero sabemos que fallaras al dispara. Yo no lo hare, pero te concederé el privilegio del primer disparo
-          ¡CREES QUE FALLARE! ¡AHORA! Tu ya me mataste , es lo justo

La vi y temblando mi mano dispare. Demonios, no tiene balas. Courtney vino muy rápido hacia mí y me tiro al suelo. Yo forcejee, pero ella era mucho más fuerte. Con lo ultimo de energía que tenia, logre patearla en el estomago. Cuando lo hice, corrí, corrí tratando de escapar de la bestia de Courtney, pero nunca fui muy rápido. Me empujo haciéndome cae. Arrastrándome llegue al baño. Courtney estaba parada al frente mío como la especie dominante. Mientras alzaba la mirada, la tome por los pies causándole la caída en la ducha. Rápidamente me levante y abrí la llave del agua. La intensión era bañarla a ella, pero el agua callo sobre mí. Courtney bacilo y yo no pude resistirme a la gracia. Ambos reímos y mojamos. Sin cerrar el agua decidimos seguir la conversación antes que yo tomara la escopeta y la pelea iniciase.

-          Lamento haber tomado la escopeta
-          Y yo el revolver
-          Lamento haber querido golpearte
-          Yo… yo no lamento haberte golpeado
-          Sabes, creo que fue buena idea
-          ¿Que? ¿coger las armas e intentar matarnos?
-          Que hayas dicho que fue un intento de suicidio
-          Te entiendo
-          Necesitamos como una cuartada, algo que usar como antecedente de suicidio
-          Lo se
-          Así que lo pasado, cabe como anillo al dedo
-          ¡LO SE!
-          Ya te pedí disculpas ¡porque tan agresiva?
-          Jaja, estamos mojándonos la ropa

Cerré la ducha y fuimos a cambiarnos. Aquel malentendido era perfecto, estaba en boca de todos y el tema “suicidio” era cada vez más creíble. Courtney tuvo la idea de repetirlo ya aunque la idea no me fascino, decidimos llevarla a cabo.

El 18 de marzo, Courtney  llamo a  la policía. Les dijo que me quería suicidar y me había encerrado en un cuarto con un arma. Éramos como niños haciéndoles bromas a los bomberos. Juguetones, ingenuos, estúpidos. Nunca se nos paso por la cabeza que la policía vendría, decomisaría todas las armas y nos interrogarían. Al final Courtney negó todo.

Luego del “show” que hicimos, Courtney y yo llegamos a casa muy desentendidos. No sabíamos muy bien que había pasado. Solo nos limitamos a  reír. Luego hicimos bromas de lo sucedido y recordamos lo ocurrido.

-          Que haremos ahora
-          Supongo que ya no insistiremos en el caso de tu suicidio
-          No ¿Qué haremos con las ramas? ¡nos decomisaron todas!
-          Jajajaj, compraremos mejores
-          Hasta entonces estamos desprotegidos
-          No creo que nada malo nos pase en estos días

Courtney se equivoco. Claro que vendrían problemas y problemas mayores. Creo que debí haberlo previsto, pero con todo lo ocurrido no tenía cabeza para nada. Pasó una semana y fui a comprar armas de encubierto. Amaba los disfraces y fui vestido como un cazador gordo y barbón. Tanto Courtney como yo amábamos las armas y nos fascinaba ir a comprarlas. Éramos como la mayoría de gente cuando va a comprar ropa. Como no podíamos ir los dos, lo dejamos a la suerte, y lanzamos una moneda. Courtney es una persona con muy mala suerte, no solo lo digo ahora, siempre que pasa algo, es a ella a la que culpan y cuando hablamos de azar, ella siempre pierde. Es por eso que propuse lo de la moneda.

Al escabullirme por todo Seattle y llegar a una ¿tienda de armas? Elegí lo clásico, calibres, rebolbers, y mi incantable escopeta. Me desanimo mucho saber que no había, pero el vendedor me dio una esperanza cuando me dijo que dentro de unos días tendría más. Me pregunto si era para ir a cazar, yo solo le dije que si.  Cuando ya las había comprado, pensé que seria divertido comprar un poco de carne. Courtney y yo jugábamos tirando carne y luego disparándole. Compre la carne y luego tome un taxi de regreso a casa (claro que no a mi casa directamente, sino a unas cuadras de ahí). Esto era magnifico, nadie me reconocía.

Cuando llegue a casa ya era muy tarde. Todo estaba oscuro y veía la luz de la sala prendida. Puedo apostar que es Courtney  y puedo apostar a que me pedirá explicaciones de lo tarde que he llegado. Entre por la puerta trasera, odiaba entrar por la delantera. Y cuando ya estaba adentro escuche voces muy familiares. Unas voces muy estresantes y que me fastidiaban mucho, no solo eso, me hartaban, no podía estar en un lugar donde fuere que están esas voces. ¡QUE HACEN AQUÍ! Camine y camine y cuando llegue al comedor, los vi. Toda mi familia estaba ahí. Padres, primos, tíos, y un amigo. Además estaba Courtney.

-          ¿Puedo hablar contigo?
-          Si…

Fuimos a la cocina. Si, tienen razón, ni siquiera los salude.

-          ¡PORQUE LOS TRAJISTE!
-          ¡YO NO LOS TRAJE! Vinieron por su cuenta
-          ¿Por qué?
-          Están preocupados. Bueno, escucharon sobre los 2 intentos de suicidio y bueno, ¿Quién no se preocuparía?
-          Nunca les preocupe y ¿ahora si?
-          Son tu familia…
-          Ellos n son mi familia, ellos me odian y yo a ellos. Es un odio mutuo
-          Si te odiaran no hubieran venido
-          Bueno, me alegro que sean tan hipócritas para haber venido, peor hasta ahí. Yo no pienso salir
-          ¡SALDRAS Y LES AGRADESERAS EL GENTO!
-          Ojala, se vayan rápido


Tardaron horas en irse. Mi madre no paraba de regañarme, me decía que no sea parte del “club de los estúpidos”, refiriéndose a Joplin, Morrison, Hendrix. Para mi no eran estúpidos. Mi padre me insultaba mucho mas me decía que fuera un buen padre. Pero, seré mejor padre que el, es más, si muriera ahora mismo, seguiría siendo mejor padre que el. Todos los demás me pedían lo mismo que deje de ser egoísta, que piense en mi hija, mi carrera, mi vida, mi esposa, mi familia. Todo lo que me decían eran quejas. Y yo, las tenia que soportar. Tenía que soportar todo lo que me decían y asentía todo. Lo que ya no podía asentir era que mi madre culpara de todo lo que me ocurrí a Courtney. Le decía que era una interesada, que deseaba que yo muriera, para quedarme con todo el dinero. Eso si, no lo podía soportar.

-          ¡BASTA! ¡ELLA NO TIENE NADA QUE VER EN ESTO!
-          Solos e aprovecha de ti. Te quiere muerto, para quedarse con todo
-          Apuesto, que crees, que es como tu

Luego deseo, hubo mucho ruido. Odio el ruido. Todo el mundo hablaba a la vez y yo ya deje de escucharlos. Vi la escena, era conocida, parecían periodistas viniendo hacia mí, atacándome. Era justo de eso, de lo que quería escapar.

-          ¿Que dices?
-          Si
-          ¿Qué?- dijo Courtney
-          ¿Qué? – repetí
-          Entraras a un centro de recuperación por tu familia- dijo mi madre
-          No
-          Dijiste que si. Deja de actuar como un niño. Tienes responsabilidades que cumplir
-          No volveré a esa cárcel
-          ¡ENTRARAS! De lo contrario me veré en la obligación de llevarme a Frances
-          No puedes hacer eso
-          Claro que puedo. Ella no puede vivir así, con un padre drogadicto y suicida. Kurt, nos la llevaremos si no buscas ayuda.

Todos se fueron. Todos menos Courtney. Esto no esta nada bien. Esto no ayudara a mi suicidio.

-          Esto no ayudara a  mis suicidio
-          No exactamente

Courtney me conto el plan más aterrador y preciso que nunca antes había escuchado

-          Dame un Leonard Cohen
-          Jajajaj, para procesar
-          Para procesar todo lo que me acabas de decir

Mañana mismo entraría a ese centro de recuperación. Mañana comenzara el “GRAN PLAN”.

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